Antonio Gershenson | Opinión-La Jornada
El domingo pasado hablamos, entre otras cosas, del problema de Teléfonos de México (Telmex) y sus trabajadores. Ha sido necesario investigar un poco más para entender cómo se desarrolla este problema. Empezamos con una información en este periódico, fechada el jueves 17 de agosto de 2017, según la cual “Héctor Slim Seade (director general de Telmex) dijo "no, no, no" a un anuncio de la autoridad del ramo, Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), que señaló que se limitaría la actividad de Teléfonos de México en servicios de telefonía básica diciendo que era en beneficio del público.
Sigue la misma información diciendo que “Héctor Slim Seade… salía de una reunión en la que fue firmado el primer acuerdo de interconexión por cable” en Cancún, a donde fueron invitados periodistas. Era con la empresa Cablemás, de esta ciudad, y "con su filial de Isla Mujeres, Quintana Roo, y en Chihuahua. En breve, el alcance será ampliado a sus filiales Yucatán, Veracruz y estado de México". Se aplica al "llamado triple play", es decir, televisión por cable, telefonía fija e Internet de banda ancha. La interconexión tendrá "costo cero" para este "nuevo" proveedor.
"Cablemás es una empresa en la que 51 por ciento del capital pertenece a la familia Álvarez Guerrero y 49 por ciento a Televisa". No es difícil sospechar que esta última empresa va a asociarse así con una "familia" desconocida, sino que ésta es parte del juego.
Complementamos esta información con otras, publicadas en El Financiero, además de lo que ya mencionamos de la otra fuente.
El 8 de diciembre de 2016, a Teléfonos de México, propiedad de América Móvil, le prorrogan su título de concesión de 30 a 50 años. Ésta se cuenta a partir del 11 de marzo de 2026. El título de concesión fue otorgado a la entonces paraestatal el 10 de marzo de 1976 por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, por 30 años, que fueron convertidos a 50, pero ya desnacionalizada la empresa.
Dice que desde el 8 y 9 de marzo de este año, que la autoridad ya se llama Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). Cita declaraciones de "Francisco Valdez, ex funcionario de la extinta Cofetel y hoy director de la consultoría Merkaris". Declara en el sentido de que la institución que él dirigía ordena a América Móvil, dueña de Telmex, que divida a ésta, para que hubiera más competencia. Es claro que sustituyendo a una empresa gigante por otra, Televisa, no se va a tener una competencia real.
Es claro que lo que menos interesa a todos estos es el interés de los 60 mil trabajadores, técnicos y profesionistas que podrían ser afectados con esta división a secas, de la que hablamos el domingo pasado. Y se quiere ocultar que están estimulando a los ya multimillonarios dueños de Televisa, con un enorme "regalito". ¿Cuánto de ese regalito les tocaría de "mordida" a esos funcionarios?
Ya se liquidó, hace años, a Uramex, despidiendo a unos deos mil trabajadores. No se ve ningún beneficio de esta nueva liquidación en dos partes, en otra rama, ya desnacionalizada, ni creo que se podrá ver.
En el momento de acabar de escribir este artículo, se cumplen 35 años de la Nacionalización de la Banca, el primero de septiembre de 1982. Esto fue después de meses en los que sindicatos, sobre todo del entonces sector público, demandaron esa medida. No siempre hemos tenido que sufrir de gobiernos como el actual.