17 junio 2017 | Sara Pantoja y Areli Villalobos | Proceso
El dinero es el motor que impulsa a la Línea 7 del Metrobús. El gobierno capitalino y empresarios allegados buscan explotar un mercado publicitario y comercial multimillonario. Y la prisa de Miguel Ángel Mancera por erigir la nueva ruta sobre Paseo de la Reforma se explica también por ambiciones políticas: al jefe de Gobierno le urge concretar esa obra porque en septiembre proyecta destaparse rumbo a la Presidencia de la República.
CIUDAD DE MÉXICO (Apro).- Detrás de la construcción de la Línea 7 del Metrobús sobre el Paseo de la Reforma —el corredor vial más emblemático de la capital del país— se oculta toda una red de intereses económicos que el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, pretende opacar con argumentos ambientalistas y de movilidad.
Según se desprende de los contratos y permisos asignados —copias de los cuales tiene este semanario—, la idea del gobierno capitalino es explotar comercialmente Paseo de la Reforma-calzadas Misterios y de Guadalupe.
La empresa que se encargará de esa labor es Medios de Publicidad, S.A. de C.V., cuyos representantes legales son Pedro Corrales González y Olivier François Ranty. La Dirección General de Administración Urbana de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) emitió a su favor el 15 de julio de 2016 un "dictamen técnico positivo condicionado” para gestionar la publicidad de la línea de transporte.
Un año después, el 27 de abril de este año, dicho consorcio formalizó con el director general del organismo público descentralizado de la administración pública capitalina Metrobús, Guillermo Calderón Aguilera, el "permiso administrativo temporal revocable” (PATR) para la comercialización, instalación y exhibición de 898 espacios de publicidad a lo largo de todo el corredor.
En los términos del acuerdo se establece que dicha actividad dejará a Medios de Publicidad ganancias por 11 millones 570 mil pesos anuales durante un periodo de 10 años, según establece la cláusula del contrato quinta, relacionada con las contraprestaciones.
PAGO EN ESPECIE
A cambio, la empresa pagará en especie. Se compromete a ceder al gobierno capitalino 10% de los espacios digitales para la difusión de mensajes de información cívica y cultural, según lo disponga la Dirección General de Comunicación Social de la urbe.
El permiso MB/PATR/01/2017 ya prevé incluso los espacios públicos más rentables. Uno de ellos es el tramo comprendido entre la estación del metro Hidalgo y la Fuente de Petróleos, en particular, las dos estaciones que se habilitarán frente al Auditorio Nacional. Una tendrá 20 espacios (12 rotativos, cuatro fijos y cuatro más digitales) y, la otra, 17 (ocho rotativos, cinco fijos y cuatro digitales).
Llamativamente, el gobierno de Mancera adjudicó los espacios públicos susceptibles de ser comercializados un mes antes de tramitar la Manifestación de Impacto Ambiental Específica (MIAE), requisito básico para emprender cualquier obra en la ciudad. La autorización la obtuvo hasta noviembre de 2016.
La operación de la Línea 7 del Metrobús, que correrá de Indios Verdes a la Fuente de Petróleos en una primera etapa (en una segunda se prevé que llegue hasta Santa Fe) estará a cargo de un viejo conocido de los gobiernos perredistas, Jesús Padilla Zenteno, en sociedad con Rafael Arzate López, representante de la Operadora Línea 7, S.A. de C.V.
Padilla Zenteno fue dirigente de la desaparecida Ruta 2, que tenía bajo su control los principales ramales de la ciudad. Actualmente preside el capítulo capitalino de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex-CDMX), la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM) y el Grupo Movilidad de Vanguardia (MOVA). Ésta última aglutina a 52 grupos de transportistas de la capital.
Pero no es todo. También dirige la empresa Sky Bus Reforma, S.A. de C.V., la cual creó ex profeso para operar la Línea 7 del Metrobús.
OTRO NEGOCIO
En el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, Padilla Zenteno negoció la salida de cientos de microbuses de la avenida Insurgentes a cambio de la concesión para operar la primera línea del Metrobús, inaugurada el 19 de junio de 2005. Para ello formó la empresa Corredor Insurgentes, S.A. (CISA), en la que se ha eternizado como presidente de su Consejo de Administración.
Ya con Marcelo Ebrard en el gobierno capitalino, el ahora empresario transportista hizo otro gran negocio, al sacar 300 microbuses de Paseo de la Reforma y sustituirlos por autobuses Mercedes Benz, gracias a subsidios gubernamentales. En este caso constituyó la empresa Corredor Vial Reforma (Covilsa), que, desde el 2 de agosto de 2009, presta servicio de Santa Fe hasta Indios Verdes.
Durante el gobierno marcelista, Padilla ensanchó su territorio y participó en la formación de otros corredores de transporte: Periférico y Revolución, Toreo, Buenavista, Polanco, Pantitlán, Tepito y Aragón, entre otros.
Mancera también ha sido generoso con él. Le otorgó la concesión de la que será una de las líneas del Metrobús más rentables. Según el título de concesión Semovi/Metrobús/015/2016, el empresario explotará la línea por 20 años, con la posibilidad de una prórroga por un segundo periodo.
Padilla controlará 42 de los 90 autobuses de doble piso, similares a los que operan en la capital inglesa, con tecnología Euro VI que, presume Mancera, serán los primeros de su tipo en América Latina.
Su socio, Rafael Arzate, operará las otras 48 unidades con la empresa Operadora Línea 7, bajo la concesión Semovi/Metrobús/014/2016.
Ambas concesiones fueron otorgadas el 1 de julio de 2016 por el operador político de Mancera, Héctor Serrano, actual secretario de Movilidad del gobierno capitalino.
LAS AFECTACIONES
Aparte del negocio que hay detrás de la construcción de la Línea 7, en el amparo 841/2017, promovido por la Academia Mexicana de Derecho Ambiental (AMDA), los opositores a la obra aducen factores ambientales de peso, como la afectación a la segunda sección del Bosque de Chapultepec, que desde 1931 fue declarado monumento histórico.
La parte susceptible de sufrir alteraciones sería el parque Winston Churchill, mejor conocido como "El Mexicanito”, con una superficie de 366 metros cuadrados.
La MIAE no deja lugar a dudas. En una de sus partes, reconoce que esa área sufriría afectaciones "debido a que se tiene contemplada una estación y la adecuación geométrica de la banqueta para la construcción de dos bahías, una de ellas para el servicio del Metrobús y la otra para el transporte concesionado del Estado de México”.
El documento de la Sedema admite también que la obra del Metrobús provocará el "levantamiento forestal” (tala) de 640 árboles: 216 cipreses italianos, 110 jacarandas, 93 fresnos, 48 casuarinas y 25 cedros blancos.
Reconoce que la fauna silvestre que cohabita en el bosque también sufriría las consecuencias, y estima la generación total de 80 mil metros cúbicos de escombro y 20 mil metros cúbicos de construcción.
No obstante estos documentos, el martes 13 el consejero jurídico y de Servicios Legales del gobierno capitalino, Manuel Granados, rechazó los argumentos y afirmó que era "una confusión de los quejosos”. Y aseguró: "La obra de la Línea 7 no entra al Bosque de Chapultepec, no afecta el área natural protegida del propio bosque.”