CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En sus prisas por ser ungido presidente
nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza abandonó súbitamente la dirección
de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), dejando inermes las
instalaciones de una de las principales empresas estratégicas del país.
Entre abril y mayo, cuando aún era director de esa dependencia, Ochoa
Reza recibió vía correo electrónico un documento de cinco cuartillas en
el que le advertían sobre el peligro que enfrentaba la CFE en materia
de seguridad. Lejos de tomar acciones correctivas, autorizó la
liquidación del personal calificado que durante más de siete años se
coordinó con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para evitar
ataques terroristas o sabotajes a las instalaciones estratégicas.
El
remitente –el capitán Benjamín Salvador Jiménez, comandante de la
región XIX de los Cuerpos de Seguridad Auxiliares del Estado de México
(Cusaem)– detalló que el desplazamiento de su comando de 800 personas,
la mayoría exmilitares, se hizo con la anuencia del capitán de
Caballería Gustavo Cuevas Gutiérrez, otrora jefe de seguridad de Ernesto
Zedillo durante su gestión en Los Pinos y jefe de seguridad de Enrique
Peña Nieto durante su campaña presidencial.
El correo también le llegó al gobernador del Estado de México,
Eruviel Ávila Villegas, pues los Cusaem dependen de la Comisión Estatal
de Seguridad Ciudadana; asimismo, al comisionado estatal se le advirtió
que se deslindan de cualquier responsabilidad o hecho irregular que
ocurra en las instalaciones de la CFE de Hidalgo, Morelos, Puebla, la
Ciudad de México y el Estado de México.
El remitente notifica también sobre los riesgos latentes al delegado
de la Policía Federal, a la Dirección de Armas de Fuego y Explosivos de
la Sedena y al propio titular de la dependencia, general Salvador
Cienfuegos.
Desprovista del personal capacitado y armamento necesario para
brindar seguridad a las instalaciones de la CFE, la región XIX de los
Cusaem se hace a un lado, advirtió el capitán Jiménez a Ochoa Reza el 24
de abril y el 15 de mayo de este año.
Hombres de la Presidencia
Después del levantamiento del EZLN en 1994, la Presidencia creó el
Departamento de Seguridad Física de la CFE y de Petróleos Mexicanos, a
fin de proteger las instalaciones más importantes del país.
Al frente de esa instancia quedaron varios generales en retiro, entre
ellos Espiridión Mora Pérez, Sergio Adolfo Pérez Ramírez, Rodolfo Reta
Trigo, así como el capitán de apellido Buentello, recomendado por el
entonces director de la CFE, Alfredo Elías Ayub.
A partir del 11 de octubre de 2009, cuando el entonces presidente
Felipe Calderón Hinojosa desapareció por decreto la Compañía de Luz y
Fuerza del Centro, sus subestaciones, plantas termoeléctricas e
instalaciones aeroportuarias, como la de Toluca, quedaron bajo la tutela
de la CFE.
Lo mismo sucedió con las subestaciones de Naucalpan y Tlalnepantla,
la termoeléctrica Jorge Luque, en Cuautitlán Izcalli, y la de Venta de
Carpio, en Ecatepec; así como el aeropuerto de Toluca. La central
hidroeléctrica de Necaxa, en Puebla, formada por tres plantas, cuya
producción es de 210 megavatios para la zona del Valle de México, y
todas las instalaciones de Puebla, Morelos y Distrito Federal quedaron
bajo la vigilancia de los Cusaem región XIX, la cual se coordinaba con
Sedena.
Según Alejandro Yagüe Nieto, abogado defensor de la región XIX de los
Cusaem, cuando el capitán de Caballería Gustavo Cuevas Gutiérrez –un
guardia de seguridad del Estado Mayor Presidencial de Enrique Peña
Nieto, sin experiencia en protección de áreas estratégicas del país– fue
nombrado subdirector de Seguridad Física de la CFE, desplazó a aquellos
cuerpos de la seguridad de las instalaciones de la comisión en todo el
país.
La región XIX de los Cusaem comenzó a cuidar las instalaciones de Luz
y Fuerza del Centro cuando ésta desapareció por decreto presidencial.
Sin embargo, Cuevas sacó de la CFE a 872 elementos, pues al exjefe de
escoltas de Peña Nieto no le agradó esa región XIX, al frente de la cual
estaba el comandante Benjamín Salvador Jiménez; incluso pidió, sin
éxito, que fuera sustituida por la región XXXV, a cargo del comandante
Mauricio Romano Torres, según consta en el oficio SSF-553713 del 25 de
octubre de 2013.
El 5 de diciembre de 2013 insistió pero volvió a fracasar, asegura
Yagüe. Entonces Cuevas optó por licitar los servicios de seguridad, para
deshacerse de la gente de los Cusaem.
La primera licitación para brindar seguridad a las instalaciones de
la CFE en el aeropuerto de Toluca se realizó el 16 de junio de 2015. El
propósito era contratar a 72 elementos.
En esa ocasión sólo participó Grupo Libra, una empresa que, según los
datos del registro ante la Secretaría de Seguridad Ciudadana del
Edomex, sólo tenía cinco empleados. Sin embargo, el entonces director de
la CFE, Enrique Ochoa Reza, la avaló. Al final, según Yagüe y Jiménez,
los directivos de esa empresa “presentaron jóvenes con tolete y uniforme
que apenas superaron los 18 años, sin portación colectiva de armas y
menos individual”.
El 6 de mayo pasado hubo otra licitación para atender el resto de las
instalaciones de la CFE en el Valle de México y zona conurbada de la
Ciudad de México, que incluye los estados de Hidalgo, Morelos y Puebla.
Según la convocatoria, se requerían 800 elementos; pero como los Cusaem
están impedidos de participar por ley, sólo se dedicó a vigilar que se
cumplieran las bases de licitación, comenta Yagüe.
Fueron cuatro las empresas ganadoras: Protección Canina
Internacional; Servicios Especializados de Investigación y Custodia;
Sistemas y Servicios de Seguridad Privada Inteligente, y Consorcios de
Servicios Mexicanos; esta última carece de experiencia en materia de
vigilancia de instalaciones estratégicas.
Antes de que se lanzara la segunda licitación, Ochoa Reza tuvo
conocimiento de las irregularidades de cada una de las licitaciones que
promovió Cuevas. En la misiva entregada el 15 de mayo pasado al entonces
director de la CFE se detalla la forma en que el exescolta de Peña
Nieto dio órdenes para que los Cusaem salieran de la CFE.
Asimismo le informan que elementos de las empresas Sistema de
Protección Canina Internacional y Servicios Especializados de
Investigación y Custodia llegaron a la subestación Morelos, delegación
Ocotopec, Cuernavaca, diciendo que eran de seguridad privada, pero al
enterarse de cuál era su función se retiraron.
Alegaron que “eso no era para ellos”. Uno era bolero y el otro era
cuidador de autos. Dijeron que “los habían contratado el día anterior en
el mercado municipal López Mateos de Cuernavaca, Morelos”.
Y aunque el contrato de los Cusaem con la CFE concluyó en junio
pasado, la dependencia les adeuda 45 millones de pesos. Cada año
cobraban 230 millones de pesos sin IVA. Las nuevas empresas cobran 30%
más, además del IVA, comenta Yagüe.
El pasado 24 de abril, cuando Ochoa Reza recibió las denuncias por
primera vez, no respondió. Lo único que hizo fue dar instrucciones a la
Dirección de Administración de la CFE para liquidar los pagos atrasados,
que en ese momento ascendían a 80 millones de pesos, añade el abogado.
–¿Qué dijo Ochoa Reza de las irregularidades en las licitaciones y la
inexperiencia de las empresas en áreas de seguridad nacional? –se le
pregunta al abogado.
–El director de administración nos dijo que la instrucción del
director de la CFE era que nos pagaran los pasivos, nada más. Respecto a
la convocatoria, comentó que eso no nos incumbía.
El viernes 8, Ochoa Reza dejó la CFE, cuya seguridad ahora está en
manos de empresas inexpertas en la vigilancia de áreas estratégicas para
la nación. Es factible que en los próximos días la Comisión se
subdivida en seis empresas, cada una de las cuales se encargará de
contratar los servicios de empresas privadas para vigilar las áreas
sensibles del país.