La violencia se extiende en Morelos: al asesinato de la alcaldesa
de Temixco se suma la ampliación del llamado “corredor de la muerte” y
la infiltración del crimen entre el personal de las máximas
instituciones encargadas de la seguridad, incluidas la Fiscalía y el
Mando Único. Por estas razones, el rector de la Universidad Autónoma del
Estado de Morelos, Jesús Alejandro Vera Jiménez, asienta que la entidad
es mucho más insegura de lo que admite el gobierno. Tres ejemplos: 11
de los alumnos de esta casa de estudios han sido levantados, 71 miembros
del Consejo Universitario han recibido amenazas, además del propio
rector, quien tiene una escolta militar con vehículos artillados.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Más de la mitad de los jóvenes que viven en Cuernavaca y Cuautla decidieron dejar de salir los fines de semana y, si lo hacen, algunos portan armas por temor a que los secuestren, extorsionen, asesinen o desaparezcan, asevera el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Jesús Alejandro Vera Jiménez.
Además, el llamado “corredor de la violencia” o “de la muerte” se
prolongó desde Acapulco hasta Huitzilac, a pocos kilómetros de la Ciudad
de México. Por esa zona, Los Rojos y Guerreros Unidos transportan
droga, según el Atlas de la Seguridad y la Violencia (ASV) realizado por
la UAEM y el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia
(Casede).
El 19 de enero, el gobernador Graco Ramírez se desplazó hasta la
Ciudad de México para lanzar, desde ahí, el mensaje de que Morelos está
tranquilo. Por alrededor de 65 mil pesos rentó un salón en el lujoso
hotel St. Regis y acarreó a un numeroso grupo de reporteros de su
entidad sólo para que el fiscal Javier Pérez Durón leyera una
presentación –en Power Point– acerca de la investigación sobre el
asesinato de la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota, y para que el
mandatario hiciera una declaración sin permitir preguntas.
Vera Jiménez, en cambio, asienta que Morelos está muy lejos de la
tranquilidad que Ramírez presume. De acuerdo con estudios realizados por
la UAEM, indica, 30% de las familias morelenses desea mudarse a sitios
más seguros.
Con base en un análisis de los datos y encuestas compendiados para el
ASV, el académico señala que muchos de esos núcleos familiares reportan
que la situación en Morelos ha empeorado durante la administración
actual y que los delitos no se reportan por falta de confianza en las
autoridades.
“La información que tenemos no coincide con lo que dice el señor gobernador”, zanja el rector.
Instituciones rebasadas
El doctor Vera Jiménez es el único rector de todo el país que –a su
pesar, puntualiza– tiene una escolta de 10 militares que se desplazan en
dos unidades artilladas. Las amenazas de muerte en su contra se han
multiplicado en los últimos días, luego de que encabezara diversas
protestas contra el gobierno de Graco Ramírez.
Vera Jiménez es un académico que ha denunciado la situación en
Morelos. Es responsable del proyecto de investigación Diagnóstico
estatal de la percepción ciudadana sobre la violencia, la delincuencia,
la inseguridad y la dinámica social e institucional, financiado por los
Fondos Mixtos del Conacyt.
En los últimos años ha asumido un papel importante en el movimiento
ciudadano que pide un alto a la violencia y la inseguridad en Morelos.
Él mismo, sus parientes y amigos han sido víctimas de múltiples ataques y
amenazas de muerte.
Sólo el año pasado el académico sufrió dos atentados; una de sus
hijas recibió amenazas de secuestro de gente relacionada con la Fiscalía
General del Estado; María Elena Ávila Guerrero, esposa del rector, fue
perseguida por un vehículo sin placas y con vidrios polarizados, que
permaneció estacionado afuera de su casa, y un grupo de desconocidos
irrumpió en su hogar, amedrentando a su familia, que en otras ocasiones
ha sido agredida telefónicamente.
En septiembre, la procuradora general de la República, Arely Gómez,
ordenó que se investigaran las agresiones contra Vera, luego de la
denuncia pública que hiciera en una conferencia de prensa.
Los estudiantes y trabajadores de la universidad también han padecido
la inseguridad. Se tienen registrados 11 levantones de alumnos, además
del de Isaac Rivera, sobrino del secretario general del sindicato de la
UAEM. Y ahí no acaba: han sido intimidados 71 miembros del Consejo
Universitario.
Paralelamente, Vera Jiménez advierte que el crimen alcanzó a la
fiscalía y al Mando Único, ya que elementos de ambas instituciones están
involucrados en secuestros y asesinatos.
“Lo que veo es que la fiscalía ha sido la constante en todos los
problemas y escándalos que se han suscitado en materia de seguridad. Por
ejemplo, ya se está difundiendo la información de que un policía
ministerial estuvo vinculado con el asesinato de la alcaldesa de
Temixco. También comenzamos a ver cómo personal del Mando Único ha
violado derechos humanos y perpetrado hechos delictivos, por ejemplo
robo a cajeros de bancos y otros delitos”, sostiene en entrevista.
Explica que un ejemplo de “la fuerte descomposición en la fiscalía”
se vivió en Tetelcingo, donde personal de esta institución enterró de
manera irregular más de 100 cadáveres en una fosa común.
Este hecho dejó en claro los problemas en el proceder de esa
institución, pues a la fecha no se sabe a cabalidad quiénes están
inhumados ahí. La dependencia tampoco ha dejado que ingresen
especialistas de la universidad para que ayuden en la identificación de
todos los cuerpos. En una de esas fosas estaba el cuerpo del joven
Oliver Navarrete, víctima de secuestro.
“Vemos una descomposición social muy fuerte, en la procuración de
justicia y en los agentes policiacos. La estrategia puede ser buena con
el Mando Único, pero sin que desaparezcan las policías de proximidad. El
problema es que estas policías no son inmunes a las presiones,
extorsiones y a las solicitudes que se hacen desde la delincuencia
organizada para corromperlas y tener ciertos espacios y márgenes de
maniobra.”
El rector destaca que hay un grave problema de corrupción e
infiltración del crimen organizado entre los políticos locales: “Tenemos
el caso del anterior presidente de la comisión de Educación (del
Congreso local), Alfonso Miranda, a quien se le acusó pero no se le
detuvo porque tenía fuero –y no se le quitó–. Ahora ya no lo es, pero
tampoco lo han detenido y ni lo han llamado a rendir cuentas. Entonces
parece ser que sólo se trata de un golpeteo político”.
Miranda ha sido investigado por presunto desvío de recursos públicos y
nexos con el crimen organizado. Es primo de Santiago Mazari Miranda El
Carrete, líder de Los Rojos.
–¿La gente cada vez recibe más los embates de la violencia y la inseguridad? –se le pregunta.
–Sí, hace poco vimos el caso de una persona que fue desmembrada en
vida, algo que nos llena de indignación y horror. Es un acto de barbarie
en donde se pierde todo lo que de humanidad tenemos, y eso circula en
redes, en los medios. También está la ejecución de dos niños. Los
ciudadanos nos sentimos aterrorizados.
–¿El gobierno de Graco Ramírez está rebasado?
–Yo creo que sí, era muy iluso esperar que con su llegada las cosas
iban a cambiar, cuando los problemas tienen profundas raíces
estructurales y se vinculan con un modelo político y económico fallido.
Él puede hacer sus mejores esfuerzos, pero está claro que hoy el Estado
sirve a los intereses del capital, venga de donde venga.
Y las instituciones de procuración de justicia no se salvan, expresa.
En el caso de la presidenta municipal de Temixco asesinada en su
casa, el rector manifiesta su extrañeza porque no se le haya protegido
pese a ser del mismo partido del gobernador, sobre todo por el
antecedente de que 12 candidatos a munícipes habían sido amenazados en
sus campañas.
“Por eso los ciudadanos cada vez nos sentimos más atemorizados y
vulnerables. El Mando Único no tuvo la capacidad de hacer un trabajo de
inteligencia para cuidar a los munícipes y dejó sola a una de las
alcaldesas de una de las demarcaciones más violentas. Esto quiere decir
que las instituciones encargadas de dar seguridad pública están
rebasadas”, resume.
Al respecto, recuerda que fueron los familiares de Gisela quienes
persiguieron a los delincuentes y los detuvieron con la ayuda de una
patrulla municipal. Por esto, dice, los padres de la política están
indignados, porque no es cierto que se haya puesto en acción un
dispositivo de seguridad del Mando Único, sino que fueron ellos los que
corretearon y agarraron a los asesinos.
El corredor de la muerte
Uno de los descubrimientos del estudio realizado por la UAEM y el
Casede es el llamado “corredor de la muerte” que se inicia en Acapulco,
pasa por Iguala y Cuautla y llega hasta la zona oriente de Morelos,
próxima al Distrito Federal y el Estado de México. Se trata de una ruta
que se disputan Los Rojos y Guerreros Unidos.
“Morelos es parte del trasiego, de las rutas de la criminalidad.
Después de que cayeron los Beltrán Leyva el cártel se desmembró y las
células empezaron a pelear por el control de la droga. Y también somos
el paso obligado de otras bandas delictivas que vienen de otros
estados”, detalla el rector.
Advierte que en ese corredor ocurrió la desaparición de los
estudiantes de Ayotzinapa, y antes de que sucediera esa tragedia, la
UAEM y el Casede entregaron el ASV al secretario de Gobernación, Miguel
Ángel Osorio Chong, porque Graco Ramírez se negó a recibirlo.
“Le dimos la información al gobierno del estado y lo único que hizo
fue bloquearnos. El gran problema, entonces, es que se desestiman las
cifras, los estudios serios, y se toma la palabra de las autoridades que
dicen que todo está bien”, reitera.
Otro dato importante del ASV está relacionado con el cambio de
hábitos de los jóvenes a raíz del crecimiento de la inseguridad en el
estado.
“Tanto en Cuernavaca como en Cuautla, por ejemplo, 51% de los jóvenes
encuestados dicen ‘evitar salir de noche’, un dato razonablemente más
alto que el de la media nacional, que es de 38.3%. Además, casi 42% de
los muchachos de Cuernavaca declaran que ahora saldrían con precaución, y
36.7% da esa respuesta en Cuautla. Es de llamar la atención que en
Cuautla hay 2.7% de menores que, ahora, asegura ‘salir con armas’ para
evitar ser víctima de la delincuencia”, se señala en el estudio.
–¿Hay mucha corrupción? –se le inquiere.
–Sí. Por ejemplo, Los Rojos y Guerreros Unidos se siguen peleando, y a
pesar de que se han instalado espectaculares y dispositivos para
agarrar al líder de Los Rojos, no lo hacen. La gente dice que El Carrete
llegó a comer a cierto lugar o que lo vieron entrevistándose con otra
gente, y lo siguen dejando libre.
–¿Hacia dónde cree que va Morelos?
–Mientras se sigan desestimando las cifras, no se le va a dar la
importancia que tiene. El mensaje que dio el gobernador para difundir el
Mando Único es la muestra de que la situación es grave; si no, no
hubiera necesidad de sacar un decreto. La situación es delicada.
El plantón
El jueves 4 el rector inició un plantón permanente en el Zócalo de
Cuernavaca en demanda de mayor presupuesto estatal para la universidad.
Además, tras encabezar la Marcha de la Dignidad –a la cual asistieron
miles de estudiantes, trabajadores, profesores e investigadores– lanzó
una fuerte crítica a la creciente inseguridad en la entidad y calificó
de fracaso la estrategia gubernamental de combate a la violencia.
Dos días después el gobierno federal le puso una escolta de 10
soldados de la 24 Zona Militar, que aceptó pues los escoltas que le
había asignado el anterior gobernador (José Antonio Adame) fueron
desarmados por órdenes de Graco Ramírez.
El rector explicó que aceptaba la seguridad militar –con la condición
de que estuvieran lejos del plantón–, porque después del asesinato de
la presidenta municipal de Temixco no puede menospreciar las amenazas de
muerte que le han hecho desde hace tiempo.
Uno de estos amagos, según le confiaron al rector desde septiembre
del año pasado, provino de agentes de la Fiscalía General del Estado.
Ocurrió luego de que la UAEM empezó a dar asesorías a los pueblos que
rechazan el Proyecto Integral Morelos, que incluye la construcción de un
gasoducto, un acueducto y dos plantas termoeléctricas.
“Me hicieron saber que un escolta militar me iba a estar resguardando
porque había un rumor de que algo podía sucederle a mi persona. El
sábado llegó un teniente del Ejército a la reunión donde estaba, que
ellos tenían un rumor y que no querían correr riesgos”, relata el único
rector de todo el país que cuenta con resguardo militar.