
De acuerdo con dichos peritajes, en ese enfrentamiento, los militares realizaron al menos 160 disparos y los supuestos delincuentes 12.
Además, los militares impactaron 60 de esos disparos en la zona toráxica de las víctimas. En los documentos oficiales a que tuvo acceso La Jornada se menciona también que algunos militares dispararon a corta distancia a varias de las víctimas y que casquillos de los cartuchos percutidos quedaron a escasos 70 centímetros de los cadáveres.
Dichos peritajes determinaron también que los militares utilizaron en esa ocasión un fusil al que le borraron la matrícula y otra arma de la cual no se precisó su origen.
La Jornada informa a sus lectores que los peritajes sobre la matanza en Tlatlaya los obtuvo mediante una solicitud de información pública.
El 17 de septiembre de 2014, Proceso, de manera simultánea con la revista Esquire, publicó un reportaje del periodista Pablo Ferri Tórtola en el que se da cuenta de las declaraciones de una de las tres sobrevivientes de la balacera ocurrida el 30 de junio en Tlatlaya.
La testigo ofreció una versión muy distinta a la difundida por el Ejército y la Procuraduría General de la Republica, en el sentido de que los militares abatieron a esas personas en “legítima defensa”.
Según la mujer, 21 de esos individuos fueron fusilados aun cuando ya se habían rendido.
Y el 25 de ese mismo mes, el portal del semanario Proceso informó que un teniente y 24 soldados que presuntamente participaron en la masacre de Tlatlaya, fueron presentados al Juzgado Sexto Militar, de los cuales ocho fueron ingresados a la prisión del Campo Militar Número 1, acusados de delitos relacionados con la disciplina castrense.
El reporte del periodista Arturo Rodríguez García detalla que horas después de la información adelantada por el portal proceso.com.mx, la Sedena emitió un comunicado en el que confirmó la consignación de siete elementos de tropa y un oficial quienes fueron puestos a disposición, sin precisar su graduación, adscripción ni arma.
Los cargos que se les fincaron fueron desobediencia, e infracciones a deberes militares en el caso del teniente.