El síndrome del quemado tiene entre sus síntomas el agotamiento físico y
emocional
Mexicanos laboran 500 horas más por año que el promedio de los empleados de
otras naciones
Recomienda la OCDE a patrones cuidar la salud y el bienestar de sus
trabajadores
Emir Olivares Alonso | Periódico La Jornada | Martes 15 de julio de 2014, p. 36
Emir Olivares Alonso | Periódico La Jornada | Martes 15 de julio de 2014, p. 36
Hace rato que amaneció, el bullicio citadino ya se escucha en las
calles y la luz solar comienza a disipar las sombras. El despertador suena una,
dos, tres, varias veces y no hay forma de levantarse, el agotamiento vence la
voluntad, los párpados pesan y la cama parece una prisión a prueba de toda
fuga.
Millones de personas en el mundo podrían ser las protagonistas de esta escena
que generalmente no tiene que ver con la flojera, sino con un padecimiento
conocido como síndrome de Burnout, que ocasiona un estrés crónico acumulado,
producto de estar sometido a largas jornadas de trabajo, presión constante,
horarios inflexibles, condiciones laborales poco favorables, recorrer distancias
muy largas para llegar al lugar de trabajo y cortos periodos vacacionales, entre
otras circunstancias.
Este mal, también conocido como síndrome del quemado, es considerado un
problema de salud pública en México, pues se estima que afecta a más de 40 por
ciento de los trabajadores.
Los especialistas apuntan que el síndrome Burnout tiene tres componentes:
agotamiento físico y emocional (fatiga crónica causada por trabajar en exceso o
por pensar todo el tiempo en el trabajo), despersonalización (tratar con
desprecio e indiferencia a los clientes o compañeros de trabajo) e
insatisfacción personal (sentimientos de baja realización y frustración).
Erika Villavicencio Ayub, profesora de la Facultad de Psicología de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que la cultura laboral
en el país no facilita que los índices de personas que padecen Burnout
disminuya, pues jefes y compañeros
ven malque un trabajador salga a la hora que le corresponde, además que algunas empresas aumentan sus exigencias y presión, e inclusive han empleado estrategias de hacer más con menos, es decir, menos personal tiene más carga laboral, aspectos que terminan por repercutir en el organismo del trabajador.
En un artículo científico publicado por Enrique Graue, Rafael Álvarez y
Melchor Sánchez, director y académicos de la Facultad de Medicina de la UNAM,
señalan que el factor desencadenante de este mal
es una carga excesiva de trabajo en un tiempo insuficiente para ser realizado. La carencia de apoyo de los supervisores o jefes, ausencia de retroalimentación positiva y reconocimiento de la labor del empleado, percepción de inequidad, incompatibilidad de los valores éticos personales con aquellos de la empresa y la falta de autonomía para la resolución de problemas, son otras causas relacionadas con la aparición del síndrome.
Villavicencio Ayub aseveró que este padecimiento está compuesto por síntomas
sicosomáticos, emocionales y conductuales, y quienes lo padecen pueden presentar
algunos de ellos.
Entre los primeros se encuentran fatiga crónica, dolores de cabeza y
musculares, insomnio, pérdida de peso, desórdenes gastrointestinales,
hipertensión, crisis asmática, resfriados frecuentes y aparición de alergias;
los emocionales son irritabilidad, ansiedad, depresión, frustración,
distanciamiento, despersonalización, sentimientos de vacío, impotencia e
impaciencia; mientras los conductuales pueden ser cinismo, apatía, pesimismo,
hostilidad, suspicacia, sarcasmo, ausentismo laboral, abuso de café, tabaco,
alcohol o fármacos, incremento de conflicto con los compañeros y agresividad,
entre otros.
En México –dijo– la población económicamente activa está inmersa en un
ambiente laboral propenso a las enfermedades. De acuerdo con cifras de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)los mexicanos
laboran anualmente 500 horas más (alrededor de 2 mil 250) que el promedio de los
trabajadores de otras naciones (mil 776 horas). Además, 46 por ciento de los
empleados en el país tienen menos de seis días de vacaciones al año.
Por ello, planteó la necesidad de educar e informar a empresas y trabajadores
que el camino para tener muchos años de servicio productivo es cuidar la salud y
el bienestar, pues una persona enferma no puede ser tan productiva como alguien
sano. Añadió que las compañías más preocupadas por sus empleados tratan de
fomentar en ellos un equilibrio entre su vida personal y laboral y obtien
resultados positivos para ambas apartes.