Dinero-Enrique Galván Ochoa
¿Alguien ha visto recientemente a Juan José Suárez Coppel, el último
director de Pemex del calderonato? Solía llegar a los hoteles más caros del
mundo por cuenta de nosotros, los contribuyentes. Por órdenes de su jefe compró
más acciones de la compañía española Repsol. Nada importante: 20 mil millones de
pesos, se dijo aquellos días. Ya era socio Pemex de la compañía española. Cuando
López Portillo reanudó relaciones con España, quiso afianzarlas invirtiendo en
su sector petrolero. Comenzó su participación con 2.8% que después se convirtió
en 5% y en 2011 a Calderón y Suárez Coppel se les ocurrió que era buena opción
aumentarlo a 9.49%. La historia no está teniendo un final feliz.
‘‘Petróleos Mexicanos ha dicho basta’’, dice la publicación hispana El Confidencial, al ventilar que la paraestatal hace planes para desprenderse de su participación. Podría venderla en 2 mil 400 millones de euros. En mayo del año pasado se dio a conocer que la ampliación accionaria de la petrolera mexicana le había significado una pérdida de 10 mil 125 millones de pesos. De acuerdo con las fuentes consultadas por El Confidencial, la ruptura se debe a la pésima relación de la actual administración priísta de Pemex con Antonio Brufau, presidente de Repsol. La gota que derramó el vaso fue el cambio de estatutos promovido por Brufau para fijar en 75% el mínimo de los votos necesarios para todo cambio de relevancia: transformación, escisión, fusión, cambio de domicilio social o cambio de negocios. Petróleos Mexicanos quedó bloqueado. La cuestión es si con la venta de acciones podrá recuperar su inversión. Sería excelente que Suárez Coppel fuera llamado a explicar qué buscaba, junto con Calderón, en la riesgosa aventura. Nunca ha quedado suficientemente claro.
‘‘Petróleos Mexicanos ha dicho basta’’, dice la publicación hispana El Confidencial, al ventilar que la paraestatal hace planes para desprenderse de su participación. Podría venderla en 2 mil 400 millones de euros. En mayo del año pasado se dio a conocer que la ampliación accionaria de la petrolera mexicana le había significado una pérdida de 10 mil 125 millones de pesos. De acuerdo con las fuentes consultadas por El Confidencial, la ruptura se debe a la pésima relación de la actual administración priísta de Pemex con Antonio Brufau, presidente de Repsol. La gota que derramó el vaso fue el cambio de estatutos promovido por Brufau para fijar en 75% el mínimo de los votos necesarios para todo cambio de relevancia: transformación, escisión, fusión, cambio de domicilio social o cambio de negocios. Petróleos Mexicanos quedó bloqueado. La cuestión es si con la venta de acciones podrá recuperar su inversión. Sería excelente que Suárez Coppel fuera llamado a explicar qué buscaba, junto con Calderón, en la riesgosa aventura. Nunca ha quedado suficientemente claro.
El hombre feliz no tenía trabajo
A juzgar por los datos que siguen, los mexicanos representamos un caso de masoquismo colectivo: trabajamos más, ganamos menos, padecemos mayor inseguridad, existe un grave problema de obesidad. Eso sin contar calamidades como los chuchos, Fox y la señora Marta... y aun así estamos más satisfechos con nuestra vida que los habitantes de otros países, según los resultados de un estudio realizado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). A lo largo de un año, cada mexicano trabaja un promedio de 2 mil 226 horas, mientras que el promedio de 36 países miembros de la OCDE fue de mil 765 horas de trabajo al año. (Este dato hay que tomarlo con reservas: se refiere a los afortunados que tienen empleo, exclusivamente). Tal vez no está errada la encuesta, depende de los entrevistados. Si fue José Ángel Gurría, hasta se quedó corta. Es el pensionado más joven de la historia mundial. Cobra su pensión desde que tenía 42 años; hasta fecha reciente era mayor a 2 millones de pesos al año… y dobletea con el espléndido sueldo que percibe como secretario general de la OCDE.
La CFE y los diablitos
Por si alguien lo ha olvidado, el presidente López Mateos –del PRI– nacionalizó la industria eléctrica en 1960. Otro priísta, ya saben quién, considera que en los tiempos actuales la decisión resulta no funcional, para decirlo suavecito. De acuerdo con la legislación secundaria de la reforma energética, la Comisión Federal de Electricidad será re-reprivatizada. Deberá renunciar a sus grandes clientes y sólo se quedará con los pequeños y los diablitos. Los grandes representan 60 por ciento de sus ingresos y podrán producir su propia energía o comprarla a provedores privados. Opera con pérdidas y al quedarse con la parte débil del mercado probablemente irá a la bancarrota. La modificación deberá ser discutida y aprobada por un Congreso compuesto –en su mayoría– por senadores y diputados dispuestos a firmar lo que les pongan enfrente.
e@Vox Populi
Asunto: la universidad petrolera
Acabo de leer que el director de Pemex, Emilio Lozoya Austin,
anunció la construcción en Querétaro de la Universidad Corporativa de Petróleos
Mexicanos. Dice que serán invertidos 2 mil 500 millones de pesos y los recursos
serán aportados por Petróleos Mexicanos y el fondo Conacyt-Sener. Es una buena
idea, no hay que criticar sólo por criticar. Sin embargo, me gustaría saber por
qué no incorporar el nuevo plantel al Instituto Politécnico Nacional. Y es mucho
dinero. Luego por qué atrasa Conacyt el pago de las becas.
Elvira Olmos /Distrito Federal
R: También podría ser parte del Instituto Mexicano del Petróleo. Tengo entendido que no quieren prole en la universidad petrolera. Los profesores serán del Tec de Monterrey, el ITAM y de Houston, con ‘‘ look Polanco’’.
El dinero no compra la felicidad. Yo algunas veces lloro dentro de mi Ferrari.
@_Homosensual
El 5 de mayo en EU es básicamente ofertas en Walmart, fajitas, sombreros y nachos con guacamole.
@rafael_alatorre
Batalla, la mía contra SAT, que no me regresa mi ISR pagado en exceso; la de Puebla ¿qué?