lunes, 13 de mayo de 2013

Gravedad de la explotación minera en zona de Xochicalco

13 mayo 2013 | Cecilia González Arenas | La Jornada Morelos
Es un tema que han abordado varios analistas y especialistas en ecología; sin embargo, es importante incidir en él por los peligros de esa explotación. La minera Esperanza Silver intenta la explotación de minerales a cielo abierto en Tetlama y Cuentepec, poblados cercanos al Centro ceremonial de Xochicalco, lo cual consideran los expertos sería un atentado en contra de la cultura morelense. Además, los daños que se causarían a los acuíferos que se encuentran cerca de la zona, como se detalla en la carta abierta de la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales, suscrita en febrero, por decenas de organizaciones, entregada a la DGIRA (Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental)-SEMARNAT para el rechazo al proyecto y las razones.
“…Se causaría un grave impacto al entorno natural de la zona arqueológica de Xochicalco (patrimonio de la humanidad) al ser devastados los cerros aledaños. En el norte de Xochicalco hay grandes cavernas cuyos inestables lechos están formados por lajas horizontales de rocas que la vibración de las explosiones podría derrumbar, trayendo consigo la destrucción de una parte de la ciudad de Xochicalco, incluyendo a la cueva del Observatorio…(además) la mina se encuentra aledaña al ex basurero de Tetlama, donde hay una gran concentración de gases que pueden a su vez explotar, así como el riesgo de infiltración de lixiviados a los acuíferos y ríos de la región…El cianuro que usaría la mina es extremadamente tóxico. Los derrames de cianuro exterminan la vegetación al interrumpir la fotosíntesis y las capacidades reproductivas de las plantas. En cuanto a los animales, el cianuro puede ser absorbido a través de su piel, así como ingerido o aspirado…”

Sobre el tema, Arturo Rodríguez García en la revista Proceso 1905, escribe su artículo “Las entrañas del país saqueadas”, en el cual proporciona cifras preocupantes acerca de una entrevista a Jaime Martínez Veloz, titular de la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas, dependiente de la SeGob. Entre 2005 y 2010, las mineras multinacionales tuvieron ingresos por 552,000 millones de pesos y sólo pagaron 6,500 de impuestos. En el período colonial se extrajeron de la Nueva España 190 toneladas de oro y 150 de plata; de 2000 a 2010 se extrajeron 420 toneladas de oro y 35,000 de plata. Esos datos indignan porque la mayoría de las minas se ubican en zonas indígenas que tienen contaminado su territorio por los venenos de la explotación.

Otros datos proporcionados por la SEMARNAT, en 2011 México tuvo una superficie sembrada de 22 millones de hectáreas del total de 200 millones del país. De esta cantidad, casi la mitad se concesionaron a empresas mineras, el 60% a nacionales y 40% a extranjeras, por lo cual las tierras quedaron inservibles para el cultivo y producción de alimentos. Asunto de extrema gravedad, adicionado con el famoso tratado de libre comercio que ha dejado abandonado al campo por las importaciones de granos.

Estas cifras y las implicaciones que debieran preocupar a las autoridades y no sólo a los ciudadanos conscientes, nos conminan a unirnos en esfuerzos comunes para oponernos a ese demoledor y catastrófico escenario para la supervivencia de nuestros hijos y nietos y la viabilidad del país.

Tendríamos que recordar todas las afectaciones que han sufrido en otros Estados de la República en donde se han explotado los mineras y como muestra dolorosa se encuentran Pasta de Conchos, Cananea, San Javier y decenas más que han acarreado tantas desgracias a los pobladores.

Pongámonos en contacto con alguna de las organizaciones ecologistas del Estado de Morelos para presionar en la defensa de esos territorios en peligro.
cecigarenas@yahoo.com