domingo, 25 de noviembre de 2012

Contra el narco, la improvisación desastrosa

De manera atropellada, cuestionada la legitimidad de su elección, Felipe Calderón asumió la Presidencia el 1 de diciembre de 2006. Él mismo definió las circunstancias en las cuales alcanzó el poder federal: “Haiga sido como haiga sido”, dijo con soberbia pueril. Parodiando la parodia, “haiga sido como haiga sido” termina su mandato, para el bien momentáneo de la República. Ordenó en soledad, por sí y ante sí, emprender la guerra contra los cárteles del narcotráfico que, a la hora del balance, sólo sus beneficiarios podrían considerar que ha tenido resultados positivos. La guerra, su guerra, la guerra de Calderón, dejó el territorio irrigado de sangre.
domingo, 25 de noviembre de 2012 | Jorge Carrasco Araizaga | Proceso
Hizo perder la Presidencia a su partido, en medio de torpezas y traiciones. Y dejó correr la corrupción impune. En el anochecer de su paso por Los Pinos, el presidente que se va tendrá que enfrentar a su conciencia. Para muchos millones de mexicanos, incontables, una pesadilla angustiante está terminando. Para decenas de miles, igualmente fuera de cálculo, no hubo despertar.
MÉXICO, DF (Apro).- Mientras la Marina formó parte de la espectacularidad con la ejecución y detención de jefes del narcotráfico, el Ejército vio desfilar hacia la prisión a algunos de sus generales en activo y en retiro por su presunta colaboración con la delincuencia organizada, acusados por testigos protegidos de la Procuraduría General de la República (PGR).

 Pero la Marina Armada de México tampoco quedó incólume: Acabó con un historial de graves violaciones a los derechos humanos, incluidos crímenes de lesa humanidad como tortura y desaparición forzada. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la Marina superó incluso al Ejército en el número de recomendaciones en relación con las quejas presentadas en su contra.

 Desde que Calderón asumió la Presidencia el 1 de diciembre de 2006 y hasta el 31 de octubre pasado, la CNDH registró 8 mil 929 quejas. De ellas, 7 mil 800 fueron contra el Ejército; es decir, 87.35%. El 12.65% restante, mil 129, fueron contra la Marina. Pero en proporción, la Armada tuvo más recomendaciones que el Ejército cuando el organismo comprobó la existencia de violaciones.

 ACCIONES ESPECTACULARES

 Los infantes de Marina funcionaron para las acciones espectaculares de Calderón: en diciembre de 2009 ejecutaron a Arturo Beltrán Leyva, en Morelos; en noviembre de 2010 a Ezequiel Cárdenas Guillén, en Matamoros, y en octubre de 2012 a Heriberto Lazcano Lazcano, en Progreso, Coahuila. Las muertes de los jefes de los cárteles de los hermanos Beltrán Leyva, del Golfo y de Los Zetas ocurrieron en tierra continental, fuera del ámbito natural de la Armada.

 Además, los infantes de Marina detuvieron, entre otros, a Sergio Villarreal Barragán, "El Grande", de los Beltrán Leyva, en 2010; a Raúl Lucio Hernández Lechuga, jefe zeta en Veracruz, en diciembre de 2011, y a Jorge Eduardo Costilla Sánchez, "El Coss", del Cártel del Golfo, en septiembre pasado.

 La actuación del Ejército fue menos espectacular. Sólo se acreditó en julio de 2010, en un enfrentamiento en Jalisco, la muerte de Ignacio Nacho Coronel Villarreal, jefe regional del cártel de Sinaloa, y la detención, en marzo de 2009, entre otras, de Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael "El Mayo" Zambada, quien junto con Joaquín "El Chapo" Guzmán encabeza dicha organización.

 Afectado durante años por la deserción, entre la que destaca la de los fundadores de Los Zetas, que han seguido reclutando a hombres en las zonas militares, el Ejército detuvo en parte la sangría. De los 107 mil 158 elementos que desertaron en el sexenio de Fox, en el de Calderón la cifra llegó a 43 mil 827 hasta agosto pasado.

 El mayor desprestigio en la "guerra" de Calderón lo pagó el Ejército con la detención de varios generales. El caso más significativo fue el del general en retiro y ex subsecretario de la Sedena Tomás Ángeles Dauahare.

 ENTREGUISMO

 A diferencia del Ejército, en sus operaciones de alto impacto la Marina actuó junto con agentes de Estados Unidos, sobre todo de la agencia estadounidense antidrogas (DEA). La más reciente se frustró en agosto pasado, cuando elementos de la Policía Federal atacaron cerca de Tres Marías, en la carretera México-Cuernavaca, la camioneta que conducía un capitán de la Marina con dos agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), en una supuesta búsqueda de las casas de seguridad donde se refugia Héctor Beltrán Leyva, "El H".

 Con Calderón, la Armada terminó perfilada, por vía de los hechos y sin ningún respaldo legal, hacia la concepción estadounidense de marines para realizar operaciones en tierra continental con el apoyo de agencias estadounidense como la DEA y la CIA.

 Ajustadas a la Iniciativa Mérida negociada por Calderón con Estados Unidos, durante este sexenio las Fuerzas Armadas mexicanas debieron rendir cuentas a ese país acerca de la manera en que han usado la ayuda recibida. También tienen que intercambiar información con la Agencia de Inteligencia Militar (DIA, por sus siglas en inglés), la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), instancias de inteligencia del Pentágono a las que Calderón les abrió las puertas para operar en México.

 El desgaste mayor ha sido para el Ejército. Aunque son las instituciones de gobierno con el aprecio más alto entre la población, el Ejército y la Marina, con una calificación promedio de ocho, durante el sexenio calderonista sólo retrocedieron en el aprecio social a raíz de las denuncias en su contra por sus violaciones a los derechos humanos.

Fuente: Proceso