miércoles, 23 de marzo de 2011

Quiebra la Comisión Federal de Electricidad a tiendas de abarrotes

Prácticamente trabajan para el pago de los recibos bimestrales de la paraestatal: Lara
Impulsa Canacozac plan piloto de cámaras de refrigeración que consumen 40% menos
ALONSO CHAVEZ LANDEROS 
Las pequeñas tiendas de abarrotes de la capital están quebrando por los excesivos cobros de la energía eléctrica, debido a que cuentan hasta con siete refrigeradores, obligados por la política empresarial de sus proveedores de refrescos, cerveza, lácteos y otros productos. “Las tienditas están trabajando prácticamente para la Comisión Federal de Electricidad (CFE)”, sus ganancias las invierten en el pago de recibos bimestrales cuyos montos van desde 4 hasta 9 mil pesos”, alertó Rogelio Lara, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Zacatecas (Canacozac).
A dicho organismo, dijo, están afiliados en la capital 90 negocios de este tipo y en su oficina constantemente se reciben noticias de su desaparición, aunque no precisó número. 
“La última nos llegó de la semana pasada, una tiendita de la que dependían dos familias tuvo que cerrar porque no le fue posible mantenerse por el exceso del cobro de la luz”.El alto consumo de energía eléctrica se debe al número de refrigeradores con que cuentan, algunas hasta con siete, de las diferentes empresas proveedoras de refrescos, cerveza, lácteos y el propio.
Rogelio Lara expuso en entrevista que las empresas ofrecen a los pequeños negocios apoyo para el pago de la energía eléctrica a cambio de que cuenten con un refrigerador para que conserve y exponga a la venta sus productos. El contrato tiene una cláusula de exclusividad, “no pueden meter productos de otras marcas o de otro tipo”.
Para garantizar el cumplimiento de la política de exclusividad, relatan los dependientes, la cervecera implementó un nuevo modelo de refrigerador, mismo que mantiene la cerveza helada, pero a otros productos los congela.
A decir del presidente de la Canacozac, las pequeñas tiendas de abarrotes están desapareciendo en la capital porque compiten en desventaja con los super de cadenas comerciales, ya que cuentan con una cámara fría propia y consumen y pagan menos energía eléctrica.
“La situación es muy difícil, la tiendita queda vacía, sin surtirse, cuando llega el recibo de luz, porque hay que ponerse a juntar dinero para pagar el servicio”, refirió el empresario mientras mostraba solicitudes de apoyo que en últimas fechas han llegado a la cámara.

Proyecto piloto
Ante la situación, se trabaja en un proyecto piloto de cámaras de refrigeración para tiendas a fin de reducir hasta en 40 por ciento el consumo de energía. “Así matamos dos pájaros de un tiro: disminuye el cobro de electricidad y la tiendita pueda seguir subsistiendo, y ayudamos a la conservación del planeta”. 
El proyecto tiene como modelo un negocio ubicado frente a las instalaciones de la Dirección Estatal de Tránsito y Vialidad. “Pagaba antes 8 mil pesos de luz, pero desde que cuenta con la cámara de refrigeración paga 4 mil 500, un ahorro de 40 por ciento”, explicó Lara.
Informó que este plan piloto no cuenta todavía con inversión, por lo que Canacozac gestiona recursos con la CFE, a través de Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (Fide), y con la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedezac). 
Además, dijo, el diputado federal perredista Heladio Verver y Vargas se ha comprometido a presentar un punto de acuerdo en la Cámara de Diputados para solicitar a las autoridades federales financiar e impulsar dicho proyecto.
La cámara recaba actualmente recibos de luz de tiendas, no solo afiliadas, a través de un muestreo en diferentes colonias de la capital y Guadalupe para integrar un expediente que pueda servir para justificar el proyecto recursos e incluso para gestionar en la CFE facilidades de pago o subsidios para los pequeños negocios.
El presidente manifestó que las autoridades municipales, estales y los legisladores deberían preocuparse por resolver esta problemática, pues la quiebra o cierre de un mayor número de tienditas implicaría un duro golpe para la economía estatal, en razón de que de un establecimiento de este tipo depende económicamente más de una familia.